martes, mayo 27, 2008

Cuando Vigilante, encontro su ayudante.

¿Cuando va a cesar esta maldita lluvia? Ya he perdido la cuenta de los dias que lleva lloviendo, parece como si fuese cada día a mas, por suerte tengo provisiones para pasar dos o tres semanas mas así. ¿Como estarán mis estrellas ahí arriba, sin nadie que las vigile? Seguro que cuando se vayan las nubes estará todo patas arriba.

Hace casi una semana parecía que todo volvía la normalidad y de repente un rayo cruzo los cielos para partir el cobertizo de la leña en dos, se produjo un gran incendio; salí corriendo para intentar apagarlo pero fue inútil, tuve que resignarme y observar como la leña que tanto esfuerzo me había costado recoger y cortar se convertía en ceniza antes del tiempo que yo había calculado. Lo único bueno, si es que se puede mirar así, fue que la lluvia se encargo de apagar el incendio.

Volvía a la casa frustrado y empapándome cuando de repente oí el gemir de un animal, provenía del bosque; estaba lloviendo a cantaros pero no pude evitar ir a echar un vistazo. ¿curiosidad o destino? Quien sabe... Llegue a un claro con un pequeño lago por el que suelen rondar las alimañas para beber agua, había varios cepos para osos, que desalmado podía haberlos puesto allí. (lo mas parecido a un oso por estos lares soy yo mismo) Fui desarmando los cepos uno a uno hasta que de repente en uno de los cepos encontré un animal.
Era mitad lobo mitad pastor alemán, joven y fuerte pero el cepo le había destrozado una de las patas traseras, supe que si lo dejaba allí moriría agonicamente así que decidí llevarlo a casa para curarlo. Al principio me costo acostumbrarme a su compañía, estoy hecho a estar solo pero al no poder salir de casa, el condenado conseguía hacer que el tiempo "preso" se hiciera mas ameno, creo que le he cogido cariño.

Ayer me di cuenta que era un animal salvaje y que como tal debía ser libre, aproveche un respiro de la lluvia para abrirle la puerta, él se acerco a la puerta, miro al exterior, luego me miro y con un gesto de gallardía se volvió y se tumbo junto al sillón sin dejar de mirarme. Entendí aquel gesto como un: "¿me quedo?" y yo acepte. Ya solo faltaba ponerle un nombre, cogí diez libros al azar y le pedí que me trajera uno, ( no os podéis imaginar lo listo que es el jodio cuando quiere) camino lentamente hacia el montón y fue apartándolos con la pata uno a uno hasta que de repente cogió uno con la boca y empezó a zarandearlo con fuerza y desdén.

Le puse de nombre Ateo... ¿Conseguís imaginaros que libro era? Ahora tengo un amigo, ya no estoy solo.

5 comentarios:

Audrey dijo...

q bonita historia¡¡¡ :) le das un abrazo enorme de mi parte?
el libro era la biblia?tienes una biblia??
x aki tb llueve sin parar....
dormir bien los 2. un beso

Vigilante dijo...

Rápida como tu sola. Siento que no lo hayas entendido, el vigilante es un alter-ego, no existe en el mundo real(quizás me convierta en el algún día, quien sabe)

Lo de la biblia es una larga historia. Que duermas bien.

tequila dijo...

tómale cariño pero sin apegos
Ateo parece un buen compañero...

me gustó lo que escribiste

besos para Vigilante y su alter-ego

CUCALELLA dijo...

Te dejé un beso premiado en mi blog!!! ;-)

Ginebra dijo...

La historia que contaste hoy refleja mucha soledad, la verdad... Los amigos son necesarios y, a veces, la soledad también.
El nombre de tu nuevo compañero imaginario está bien.
Besos desde la NADA.