viernes, febrero 26, 2010

El faro

¿Te he contado alguna vez amigo mio porque construí este lugar? Perdona Ateo a veces se me olvida que eres un perro, que estúpido soy como si fueses a contestar. No construí este faro para avisar a los barcos que estaban cerca de la costa, no es necesario, hoy en día con las nuevas tecnologías, los localizadores gps y demas instrumentos del demonio los barcos se comandan casi solos y los faros son solo meros recuerdos románticos de lo que un día fue la vida en el mar.

Sabes tan bien como yo lo duro que es este, nuestro trabajo como vigilantes, hemos pasado por tormentas, tempestades, ventiscas, nevadas... Todas esas noches en las que las nubes borraban las estrellas y no podíamos hacer nada, supongo que las recuerdas, por eso lo hice. Construí este lugar para que en el cielo siempre hubiese una estrella brillando en el firmamento. Se que puede parecerte una tontería, pero antes de que tu aparecieses me sentía muy solo esas noches apagadas y la luz del faro era lo único que conseguía darme fuerzas para seguir.

Una noche la Luna me pregunto que porque intentaba deslumbrar a los demás con mi luz artificial, que porque no dejaba la noche en su tranquila oscuridad, yo le pregunte si el cielo era suyo, que quien era ella para reprocharme nada, ella, que salia cuando le daba la gana y luego se marchaba dejándome solo. ¿Sabes lo que me respondió viejo amigo? Ateo no contestó, el ya sabia la respuesta.

martes, febrero 23, 2010

Una mañana cualquiera y el después

Hay días en los que suena el despertador y simplemente caemos de la cama por nuestro propio peso, rectamos holgazanes hasta la ducha y por fin allí, el agua fría consigue sacarnos del letargo, una caliente taza de café termina de despertarnos y una fugaz mirada al reloj nos introduce en la cadena de un nuevo día.

Salimos de una casa hipotecada para montarnos en un coche financiado, ponemos un cd prestado y nos sumimos en una senda de asfalto, pintura y luces verdes, rojas y amarillas. Entre gases, ruidos e insultos nos sentimos en orden, tanto que podríamos llegar a nuestro destino aun cerrando los ojos pero ya no queda tiempo para soñar, estamos despiertos y tenemos que empezar.

En el ascensor sobra gente, bastante perfume y algún sinvergüenza, en los pasillos caras que vamos dejando atrás, sonrisas embotelladas, seres hipócritas y seguro, un alma noble, quizás este no sea su lugar... Sobre nuestra mesa una montaña de problemas que debemos solucionar para ayer y otra que se deberá resolver mañana para hoy. Ocho horas muriendo sobre una silla que nos destroza la dignidad y seguramente hará lo mismo con nuestra espalda, pero somos peones y jugamos en el tablero de un Rey llamado Banco.

Volvemos a casa destrozados y hay cena recalentada, tareas de hogar, riñas de pareja, infantes que quieren jugar y a los que deberás ayudar con sus deberes, trabajo para casa, película de medianoche, insomnio y ruidos de vecinos cretinos obsesos por el vino.
Luego vendrán fines de semana, puentes, vacaciones de verano en Benidorm y blancas Navidades, la boda de un familiar casi desconocido, las bacas flacas, crisis de los cuarenta, el mercedes nuevo, algún desliz, la menopausia, los nietos, la jubilación, el azúcar, la tensión y el colesterol, el infarto de miocardio, el luto, los puntos suspensivos...

jueves, febrero 18, 2010

Hibernación

Hoy desperte, era tarde las luces ya menguaban, no sabia cuanto tiempo habia pasado y la verdad es que no me sentia mas viejo. Abrí la nevera en busca de algo de alcohol, tanto tiempo durmiendo le hace a uno tener sed, pero no había nada interesante solo comida pasada y agua en botellas de cocacola.

Note un olor rancio que pensé provenía de aquella comida pero en realidad lo que percibía no era otra cosa que mi propio olor corporal. Me metí en la ducha, no había gel, ni champú así que fui a la cocina y cogí algo de fairy, si con eso no me quitaba la roña, no podría hacerlo de otra forma. La verdad es que funciono pero tuve que bañarme de segundas con colonia para contrarrestar el olor a lavaplatos.

Salí a la calle, ya había oscurecido, había empezado a llover y la gente corría huyendo de la fría lluvia; una señora paseaba su perro, dos niñas hablaban de una película que habían visto en el cine, en la puerta del locutorio dos africanos reían a carcajadas, eso me gusto bastante. yo caminaba junto a las tiendas mirando los escaparates buscando una referencia que me sacara de mi estado atemporal.

De repente llegue a una tienda de electrodomésticos donde tenían un bonito mural con televisores: En el primero había un documental de esos de animales que suelo ver cuando me paso fumando, en el segundo había un reality, ni siquiera intente averiguar sobre que iba, en el tercero una chica muy mona daba el tiempo, creo que aun estamos en Invierno ya que anunciaba bajas temperaturas y lluvias a granel. Y por fin en la cuarta daban un noticiario, hablaron de crisis, desempleo, corrupción, partidos políticos enfrentados, violencia de genero, religión y finalmente antes de los deportes pusieron un desfile de moda y un par de noticias chorras...

Volví a casa, cambie las sabanas y me metí corriendo en la cama, no había dormido lo suficiente, el mundo aun debía cambiar. Sonó el teléfono, era un colega: "Tío que es Jueves, vamos a tomar unas Buds" -Bueno... ahí cosas que mejor que no cambien.