viernes, febrero 26, 2010

El faro

¿Te he contado alguna vez amigo mio porque construí este lugar? Perdona Ateo a veces se me olvida que eres un perro, que estúpido soy como si fueses a contestar. No construí este faro para avisar a los barcos que estaban cerca de la costa, no es necesario, hoy en día con las nuevas tecnologías, los localizadores gps y demas instrumentos del demonio los barcos se comandan casi solos y los faros son solo meros recuerdos románticos de lo que un día fue la vida en el mar.

Sabes tan bien como yo lo duro que es este, nuestro trabajo como vigilantes, hemos pasado por tormentas, tempestades, ventiscas, nevadas... Todas esas noches en las que las nubes borraban las estrellas y no podíamos hacer nada, supongo que las recuerdas, por eso lo hice. Construí este lugar para que en el cielo siempre hubiese una estrella brillando en el firmamento. Se que puede parecerte una tontería, pero antes de que tu aparecieses me sentía muy solo esas noches apagadas y la luz del faro era lo único que conseguía darme fuerzas para seguir.

Una noche la Luna me pregunto que porque intentaba deslumbrar a los demás con mi luz artificial, que porque no dejaba la noche en su tranquila oscuridad, yo le pregunte si el cielo era suyo, que quien era ella para reprocharme nada, ella, que salia cuando le daba la gana y luego se marchaba dejándome solo. ¿Sabes lo que me respondió viejo amigo? Ateo no contestó, el ya sabia la respuesta.

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